"Gramenet del beSòs"
Publicación nº 2 - Julio de 1991.
Del Ateneo Libertario
Manuel Valero
Enjuiciar el tipo de Enseñanza que se ofrece a nuestros hijos y sobre la gran proporción de fracaso escolar que pesa sobre ellos, resulta algo difícil, ya que en ello intervienen diversos factores; sin embargo, nos esforzaremos en intentarlo.
Creemos, en primer lugar, que el fracaso de muchos escolares no se genera por motivos de enseñanza, ya que según nuestro punto de vista no es del todo inadecuada; hay buenos profesores (maestros), incluso, algunos, apartándose un poco del modelo de enseñanza estatal, tratan de transmitir a sus alumnos unas pautas de comportamiento más racionales en el aspecto social.
Incluso la misma enseñanza oficial de la actualidad ha variado mucho de la impartida años atrás. La mayoría de avances pedagógicos instaurados por la Escuela Moderna de F. Ferrer y Guardia, a principios de siglo (1909), están practicándose en nuestros días.
Sirva de ejemplo: La enseñanza laica, la coeducación, el interés por la naturaleza, el lenguaje del gesto, la movilidad de sillas y mesas, etc. Cosas impensables en la enseñanza tradicional son hoy una realidad.
Pero gran parte de las dificultades no están en el contenido de la escuela, sino en la desigualdad de oportunidades que se origina ya, en el mismo momento de nacer.
Es obvio que alguien que vive en el centro de las grandes ciudades tiene mayores oportunidades que los que moran en los barrios periféricos que, quierase o no, continúan siendo poblaciones dormitorio o más acertadamente "guetos".
¿En qué sustentamos nuestra afirmación?. La respuesta es la siguiente: Estadísticas de enseñanza demuestran que la mayoría estudiantil de los colegios de las grandes ciudades llegan a cursar estudios superiores, mientras que en los colegios de los barrios periféricos son muy pocos los alumnos que alcanzan un nivel óptimo de especialización, tratándose de la misma enseñanza y de los mismos educadores.
Por lo tanto la causa debe atribuirse al espejismo de la sociedad consumista, al barrio, al hogar, a la violencia televisiva, a los compañeros y, sobre todo al bajo nivel cultural del entorno; al hecho de que muchos padres llevan a sus hijos al colegio como llevan el coche al aparcamiento, para que se los guarden unas horas, quitándoselos de encima para que no les molesten.
Esos padres que no les proporcionan libros de lectura, incluso hay veces que ni los de texto, porque argumentan que son "caros", y sin embargo, es frecuente encontrarlos en los bares haciendo un consumo innecesario.
¿Puede un enseñante, frente a un ambiente tan adverso hacer una labor positiva?.
En cierta ocasión me comentaba un maestro: "¿Como puede machacarse a un alumno con capacidad, pero faltos de interés por unas materias que saben que no les aprovecharán, o por las perspectivas de un futuro incierto?. ¡Por mucho empeño que pongamos por nuestra parte están destinados a constituir "bolsas de pobreza" en el mercado del trabajo, donde las clases empresariales podrán escoger con ventaja el cupo de sus asalariados.!
En conclusión, las razones que se deducen no pueden variar mientras persista el sistema actual, porque en función de su propio interés no pueden prestar la atención necesaria para solucionar todos los problemas educacionales.
Julio del año 1991.
Creemos, en primer lugar, que el fracaso de muchos escolares no se genera por motivos de enseñanza, ya que según nuestro punto de vista no es del todo inadecuada; hay buenos profesores (maestros), incluso, algunos, apartándose un poco del modelo de enseñanza estatal, tratan de transmitir a sus alumnos unas pautas de comportamiento más racionales en el aspecto social.
Sirva de ejemplo: La enseñanza laica, la coeducación, el interés por la naturaleza, el lenguaje del gesto, la movilidad de sillas y mesas, etc. Cosas impensables en la enseñanza tradicional son hoy una realidad.
Pero gran parte de las dificultades no están en el contenido de la escuela, sino en la desigualdad de oportunidades que se origina ya, en el mismo momento de nacer.
Es obvio que alguien que vive en el centro de las grandes ciudades tiene mayores oportunidades que los que moran en los barrios periféricos que, quierase o no, continúan siendo poblaciones dormitorio o más acertadamente "guetos".
¿En qué sustentamos nuestra afirmación?. La respuesta es la siguiente: Estadísticas de enseñanza demuestran que la mayoría estudiantil de los colegios de las grandes ciudades llegan a cursar estudios superiores, mientras que en los colegios de los barrios periféricos son muy pocos los alumnos que alcanzan un nivel óptimo de especialización, tratándose de la misma enseñanza y de los mismos educadores.
Por lo tanto la causa debe atribuirse al espejismo de la sociedad consumista, al barrio, al hogar, a la violencia televisiva, a los compañeros y, sobre todo al bajo nivel cultural del entorno; al hecho de que muchos padres llevan a sus hijos al colegio como llevan el coche al aparcamiento, para que se los guarden unas horas, quitándoselos de encima para que no les molesten.
Esos padres que no les proporcionan libros de lectura, incluso hay veces que ni los de texto, porque argumentan que son "caros", y sin embargo, es frecuente encontrarlos en los bares haciendo un consumo innecesario.
¿Puede un enseñante, frente a un ambiente tan adverso hacer una labor positiva?.En cierta ocasión me comentaba un maestro: "¿Como puede machacarse a un alumno con capacidad, pero faltos de interés por unas materias que saben que no les aprovecharán, o por las perspectivas de un futuro incierto?. ¡Por mucho empeño que pongamos por nuestra parte están destinados a constituir "bolsas de pobreza" en el mercado del trabajo, donde las clases empresariales podrán escoger con ventaja el cupo de sus asalariados.!
En conclusión, las razones que se deducen no pueden variar mientras persista el sistema actual, porque en función de su propio interés no pueden prestar la atención necesaria para solucionar todos los problemas educacionales.
Julio del año 1991.
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Han pasado 22 años de la publicación del artículo en la revista "Gramenet del Besòs", y quiero resaltar las palabras "proféticas" del profesor José Antonio, en aquella época maestro del colegio Ventura Gassol de (Badalona).
Un maestro fabuloso que se quedaba fuera de horas lectivas a jugar con los chavales y entre los muchos juegos y como ejemplo: "a las bolas, tirado por el suelo" y también hacía gimnasia para los padres...
Que claro... Tenía la realidad social de la época y la que se avecinaba...
Con la situación actual de una juventud sin futuro, con una enseñanza a base de recortes que da pena, con más de un 50% de los jóvenes sin trabajo y sin estudios. Y más de seis millones de parados, en esta lotería macabra que te condena a la "extrema pobreza" ..!!!
Encuesta de Población Activa (EPA), nada menos que el 74% de los jóvenes entre 16 y 19 años que buscan de forma activa empleo está en paro, mientras que en el caso de quienes tienen entre 20 y 24 años, la tasa de desempleo se sitúa en un increíble 51,7%. El drama es todavía mayor si se tiene en cuenta que 222.000 jóvenes en paro con menos de 24 años nunca han trabajado, por lo que no pueden acreditar experiencia laboral a la hora de optar a una ocupación profesional.
Abril 2013 el 27'17%, 6'2 millones en paro.
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