martes, 26 de mayo de 2015

EDGAR... visita las ruinas del poblado Ibérico


En el Turó del Pollo de la Serralada de Marina, se halla este poblado layetano de Puig Castellar. 
Su ocupación del poblado va desde su fundación en el V-IV aC hasta que fue abandonado en el siglo II aC, consecuencia de la Segunda Guerra Púnica. 
Su privilegiada ubicación permitió a sus habitantes el control de parte del río Besòs, permitiendo mantener el contacto visual con otros poblados íberos cercanos: Ca n'Oliver, Turó de la Rovira, Turó d'en Boscà o el mismo Montjuïc. Esta facilidad de comunicación parece indicar la interrelación de los diferentes poblados para mantener el control de la zona.

Fuente         ARQUEO XARXA



Manuel Valero Ribes YO SOY AUTISTA

Conozco muy bien estas pequeñas montañas al ser parte de la historia de mi infancia, por haber nacido en 1948 en la calle Baleares del barrio de Singuerlín, en aquellos años un barrio muy poco poblado y ubicado al pie y donde comienza la "Serrelada de la Marina", por lo que siendo un niño y después adolescente, al salir de cole y los días de fiesta jugábamos en la calle todos mis amigos y compañeros de barrio y recorrimos todos los rincones de las montañas, desde el río Besòs que empieza y hay cuatro picos el 2º y más alto el Turó del Pollo de (300m. de altitud) y en la cúspide las ruinas del poblado Ibérico "Puig Castellar". 
La font de l' Alzina, la del Gat y la de San Roc, la cova d'en Genís, la gran "antena" de comunicaciones que montaron en aquella época y tres Ermitas, dos reconstruidas y una en ruina y desciende la sierra hacia el Mas y Monasterio de Sant Jeroni de la Murtra (Badalona), continuando subiendo por Badalona a lo largo de toda la Marina.


Recuerdo las cuevas horadadas en una pared de tierra de sauló al final del Torrent de les Bruixes y desconozco el origen (se decía que eran refugios de la Guerra Civil). 
Cogíamos piñas y piñones del suelo alrededor de los árboles, que caían de las piñas abiertas; leña de ramas secas y caídas que la transportabamos en parihuelas hechas con dos cañas y unas cuerdas y la íbamos bajando de la montaña haciendo un montón de leña que vigilábamos como un tesoro para que no nos la quitaran niños de otros barrios y la finalidad era de poderla quemar junto con los muebles viejos que nos daban los vecinos para la hoguera de la verbena de San Juan y cuanto más grande, más disfrutábamos tirando los cuatro petardos que nos podían comprar. Entonces era tradición en el barrio (quemarla) en el cruce de la C/ Baleares y Avda. Pallaresa, en aquellos años de pocos coches y sin trafico se dejaba hacer.  
También había subido varias veces acompañando a un pastor, amigo de la familia, que subía con su rebaño de ovejas por mi calle y yo le decía a mi madre si me dejaba acompañarle y con el Sr. José el "sereno" del barrio, eramos vecinos y me llevaba con él, con permiso de mis padres a la caza de algún conejo o paloma torcaz, el cazador era él yo sólo lo acompañaba.

El pasado año (2014) fui con unos amigos al Poblado Ibérico, lo comenté a mis dos compañeros de hacer una pequeña excursión y llevar con nosotros a uno de nuestros  nietos, Agustín vino con su nieta Ariana 9 años, Ricardo con su nieto Nil 8 años y yo con Pol 10 años, Pol ya había subido conmigo dos veces y alguna vez con el colegio de excursión y de estudio. Nos gustó a los seis la mañana que pasamos caminando, el poblado y sobre todo el almuerzo. 


En este año 2015, hacia tiempo que buscaba la oportunidad de subir un día con mi nieto Edgar de 6 años y que tiene Autismo y con el buen tiempo que ha hecho este mes de mayo y un domingo que lo tenía sólo en casa le pregunté ¿Edgar mañana lunes si quieres iremos a la montaña...?, era fiesta en Badalona (no tenía que ir al colegio). Preparé unos bocadillos para almorzar, fruta y abundante agua, mochila al hombro y a caminar subiendo por los caminos del parque de la Serralada de la Marina hasta el poblado Ibérico.


Estaba muy ilusionado cuando se lo dije y yo más de poder hacer esta excursión los dos solos y se lo paso muy bien, todo el camino iba delante y yo con la lengua fuera le decía... ¡Edgar..., espera l'avi..., no pot anar tan de pressa...!, y él tirando millas, sin cansarse y sin haber ido nunca a la montaña conmigo, pasaba por los caminos, algunos muy estrechos y empinados un poco difíciles, con piedras, maleza, bajadas y subidas, sin mirar hacia atrás que iba yo y sin ninguna dificultad hasta coronar la cúspide donde se encuentran las ruinas del poblado, le fui explicando todo lo que pude, lo que eran las casas en ruinas y el porqué, no se si de todo lo contado me pudo entender algo y yo seguía explicando, siempre aprenden y les queda algo y lo importante es enseñar de todo. De la flora en este tiempo  mucha ginestra de color amarillo intenso en contraste con el verde de la planta, arrancó una rama y dijo ¡Para la yaya...!. Los arboles..., sobre todo pinos, algunos abetos y mucha maleza, mariposas reboloteando entre las flores y algunos pájaros de diferentes especies, tamaño y color.

Estuvimos almorzando en el mirador del poblado y con  el calor de la subida se estaba como tocando las nubes, corría un aire fresco y agradable y se estaba muy bien y las vistas que dominas por el E. y S. cara al mar, Mongat, Badalona, San Adriàn, Gramenet del Besòs, Barcelona y por el O. el río Besòs, Serdanyola y al N. Montcada, Sabadell, Terrassa, San Cugat, Mollet, las Montañas de Montserrat y el Montseny, etc. una vista maravillosa girando la vista en redondo 360º desde la altura del Turó.

Lo pasamos muy bien abuelo y nieto y que pudiera conocer el poblado y su entorno; de regreso es mucho más fácil, andas cuesta abajo y el muchacho es incansable siempre por delante y dejándome atrás, la duración de la excursión toda una mañana y a comer a casa.

Se lo comenté a Nerea (neurotípica) mi nieta melliza de Edgar (neurodivergente), de que un día que estuviera en casa sola la llevaría también a ella y me contesto ¡Qué no quería ir... Qué iría cuando subiera de excursión con el colegio que la hacen en 4º de primaria...!!!

Quiero despedirme con esta entrada haciendo una mención especial a mi compañero Joan Vicente i Castells (1921-2010) y Ángel Martínez i Hualde como autores del libro ELS IBERS DEL PUIG CASTELLAR  (año 2001).

L'avi Manel YO SOY AUTISTA
            Mayo de 2015 

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