lunes, 12 de diciembre de 2016

2 - Historia de mi puto servicio militar...

2 - Destino: La Remonta

El año 1970 fue algo accidentado para el régimen por los 16 acusados de pertenencia a ETA iniciado en 1968, y juzgados a finales de 1970,  las detenciones estaban provocando una grave crisis de gobierno al encontrar una firme oposición en prensa del resto del mundo y algunos países y también con el clero al ser curas dos de los detenidos. Había movimiento en el país y el traslado del campamento al cuartel de destino se hizo con medios militares, en otros reemplazos daban permiso al termina el campamento y te decían el día y hora que tenías que presentarte en el cuartel, en nuestro desplazamiento nos llevaron en camiones militares a la estación de Figueras siendo trasladados en tren hasta Barcelona (estación de Francia) y de allí otra vez en camiones hasta llevarnos al cuartel. Cuando llegamos nos quedamos con la boca abierta detrás de la gran puerta de hierro y en la parte superior ponía 4º DEPOSITO DE SEMENTALES (en grandes letras), un soldado de guardia con el mosquetón mauser y a la izquierda la oficina de la Zona de Reclutamiento nº 41 oficina de pasar la revista (los licenciados en la reserva), anual que tenías que pasar cada año y 5 años en los dos últimas,  hasta pasar a la licencia absoluta a los 37 años, y a la derecha el cuerpo de guardia con un suboficial y los soldados de guardia (aquí se encontraban los calabozos) y al ver un jardín como un parque con cantidad de arboles enormes y plantas en el jardín, no era la imagen de un cuartel, cuando descendimos del camión y fuimos entrando al terminar el jardín vimos unos soldados sentados en un banco a la puerta de una cuadra que al parecer era la más grande y por una puerta a la derecha del banco nos hicieron subir por una escalara y en el primer piso se encontraba el escuadrón (en caballería es así como se llama) donde había las literas en este caso de dos de altura y las taquillas al lado. La visión de ver aquellos soldados sentados y conversando con el traje de faena estilo americano, el mismo que teníamos nosotros en el petate con bolsillos pegados a los lados del pantalón y la guerrera en el pecho y gorro de triángulo ya que nosotros  íbamos vestidos de bonitos como se le decía al traje de paseo y al ser principio de primavera y con frío íbamos con el chaquetón; aquellos soldados iban de mierda hasta el cuello sucios y mal uniformados y la visión del jardín (paraíso) se fue diluyendo y pensabas donde hemos caído, no lo sabíamos todavía pero aquel cuartel era lo más parecido al infierno.
Mi compañero Valdivia que también le tocó el mismo cuartel nos miramos y nos pusimos las manos en la cabeza, diciendo... qué no nos pase nada...!

Había tres cuadras donde en cada una había más de 30 caballos percherones, la primera (ya comentada)  donde se encontraba el escuadrón de la tropa, era la más grande con un pasillo en el centro de la cuadra que regábamos con un cubo mezclado con agua y zotal (desinfectante), los box eran abiertos y los caballos amarrados con una cuerda a una argolla que por la noche dejábamos más larga para que pudieran tumbarse (el box es la casa del caballo, con su comedero y bebedero).
En el mismo edificio se encontraba a la izquierda la cocina y comedor, la cantina a la derecha, enfrente atravesando el patio la sala de los oficiales y a la derecha la de suboficiales y detrás las viviendas de algunos suboficiales, el depósito de las balas de paja y a la izquierda los garajes de camiones y coches de los mandos, y subiendo por el centro del cuartel encontrabas la segunda cuadra  un poco más pequeña que la primera con un pasillo elevado en el centro donde veías los caballos a la altura de sus cabezas y las puertas de los box a los lados de la cuadra, un poco más arriba la tercera cuadra la más pequeña con un pasillo a ran del suelo y la entrada a los box cerrada con un tronco atravesado que impedía la salida del animal y tenías que pasar por debajo y sacar el tronco cuando lo sacabas, al lado la herrería con la fragua para herrar los caballos con un suboficial con el rango de Maestro Herrador..., (no he terminado..., no os hagáis ilusiones) un poco más arriba  a la izquierda unas pocilgas de cerdos con 30 ó 40 cerdos entre grandes y pequeños y a la derecha un gallinero con sus gallos y gallinas, un huerto donde plantábamos verduras, ajos, cebollas, etc., etc., y un gran campo que se plantaba alfalfa, a continuación la caseta del puesto de guardia (un cucurucho donde apenas cabías) y algunos arboles y por fin el final del cuartel con una pared y una pequeña puerta. Detrás la vía del tren y un poco más arriba la ciudad satélite de Cornella. Cuando llegamos las cuadras estaban vacías de caballos, de los 90 que había aproximada mente sólo habían unos diez, más tres caballos de hípica de los Capitanes, un mulo de trabajo llamado "Jenaro"  más resabiado que la madre que lo parió  y una mula mansa buenísima esta no te daba ningún problema  y se empleaban  en la limpieza del cuartel,  para segar o en el carro para transporte, y un burro enano con un carro pequeño que también usábamos  para la limpieza, todos los demás estaban de parada en diferentes masías en todo el territorio catalán para cubrir las yeguas de los payeses entre los meses de primavera y verano tiempo de celo de las yeguas. Las tareas que se les suele encomendar al Percherón francés son el tiro, la agricultura, el transporte y la crianza,  son enormes con unas patas que hacían tres veces el volumen de un caballo normal de montar, su peso oscila de los los 500, a los 1200 kilos y tienen una fuerza brutal. 




Contando los soldados en el cuartel y los que estaban de parada no llegaban a los 60 y sólo de caballos ya habían 90, hasta que no volvieron los caballos al cuartel casi no toqué ninguno lo hacían los veteranos y nos daban lecciones de como hacerlo y a  nosotros nos tocaba los quehaceres de limpieza de todo el cuartel.
Al termino de las paradas me enviaron de ayuda al pueblo de Amposta (Tarragona) y fui en tren hasta Aldea, me vinieron a buscar y me presente al sargento de mando  y al día siguiente llevar de vuelta los caballos en camiones al cuartel, no tuvimos grandes dificultades y yo con mucho miedo al ser la primera vez.

Y volvieron a enviarme al pueblo de Granollers (Barcelona). Me dieron las ordenes como la vez anterior y pensé que de camino podía ir a Santa Coloma a ver a la novia..., hay la novia que deseos de poder verla aunque fuera un corto espacio de tiempo para poder darle un par de besos detrás de la puerta y salir corriendo a coger el tren en Fabra i Puig (San Andres) a 15 minutos en autobús y así lo hice, cuando llegue a la estación llegue tarde y el tren ya había pasado y no había otro hasta unas cuantas horas después por lo que decidí salir a la Meridiana carretera al lado de la estación en dirección a donde iba haciendo auto-stop, me paro un coche al ir vestido de militar no tenias problemas y los conductores te llevaban, pero sólo iba a mitad de camino, baje y el próximo fue un camionero que me llevó al centro de Granollers, eran las tantas de la noche y no conocía el pueblo ni donde estaba la parada y me presente en el Ayuntamiento y en un coche de la guardia urbana me llevaron hasta la Masía. Me presente al brigada de nombre Porras un hombre muy delgado y la que me metió fue de órdago, ¡qué horas son de presentarte hace más de tres horas que tenías que haber llegado...! y yo salí como pude diciendo que se me escapó el tren y me dijo ¡Daré parte al Capitán cuando lleguemos al cuartel y ahora a dormir que mañana hay mucho que hacer.!  Eran cinco animales y sólo había tres soldados veteranos y conmigo cuatro más el Brigada, al salir los caballos sujetos con el morral y la cuerda para dominarlos al ser caballos enteros y en tiempo de celo se tiró a montar a otro caballo pegando coces y saltos, yo acojonado sin experiencia y siendo el primer caballo que me daba problemas empezó a cabalgar por un paseo con arboles a la salida de la masía me cogió la delantera y yo detrás no podía pararlo caí al suelo y me llevo arrastrando por lo menos 50 metros y yo no soltaba la cuerda y me llevo directo a un árbol que el caballo paso rozando y si no lo suelto me parte la cabeza, quede parado girando en el último momento la cabeza y di el golpe con el hombro, el caballo volvió con los mismos bríos donde tenían sujetos los otros soldados y se armó tal follón todos pegando coces y saltos que se escaparon todos ni el Brigada se atrevía a meterse por el medio para sujetarlos, me levante y sin ninguna experiencia, perdí el miedo y me lance como un kamikaze, loco, iba loco de ira, entre  en medio de todos ellos que podían haberme matado y me tire a su cuello y pude coger la cuerda y dominarlo, al ser el más brioso los otros se calmaron y se pudo sin dificultad sujetarlos a todos (hay que ver los veteranos y el brigada lo poco dispuestos que estaban a jugarse la vida), en camiones nos llevaron a la estación y subir a un tren de mercancías y tardamos todo un día en llegar al cuartel, paraban el tren en vías muertas supongo que para el paso de otros trenes y nos tenían horas parados, no había prisa y yo esperaba la que me iba a caer cuando llegáramos, iba a ser pequeña. 

Al día siguiente me llamó el Capitán y me metió una bronca de aquí te espero, pero no me arrestó, diciéndome que fuera la última vez en dejar de cumplir las ordenes, al pie de la letra.
De la hazaña en mi comporta miento en reducir yo sólo a los caballos no dijo ni una palabra.

Fueron llegando todos los caballos al cuartel, suboficiales y soldados y en Mayo entro el siguiente reemplazo y se licenciaron los de mayo del año anterior mejor dicho el servicio era de 15 meses y solían dar al año tres meses de permiso hasta cumplir el tiempo y te licenciaban, pasando a la reserva. 

En la reserva y en caso de ordenes de incorporación me tenía que presentar en el cuartel de caballería ligera (carros de combate) de guarnición en Plaza Numancia nº 9 (Barcelona ).

L'avi Manel  #YOSOYAUTISTA

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